Mi Dios es nómada, un eterno peregrino que no se cansa de andar… es un peligroso subversivo que no encaja en esta sociedad. Los dioses que invernan en todas las iglesias, lo expulsaron del paraíso; los jerarcas religiosos y grandes políticos lo excomulgaron y le han prohibido predicar, dicen que es inmaduro porque tiene un corazón de niño, ama como un loco y no se deja domesticar.
Es nómada y recorre todos los caminos… las escabrosas veredas de los marginados y desocupados, las noches de angustia de los desheredados que mueren de hambre, las interminables horas de esclavitud que soportan los explotados, la soledad, la tristeza, el dolor… la miseria humana que ignoran las estructuras de poder. Mi Dios es nómada, porque su destino es andar los caminos de los pobres; él se resiste a ser prisionero del incienso, el diezmo y el oro que embadurna los templos.
Mi Dios es subversivo… su voz denuncia la injusticia, proclama la verdad y vive con absoluta libertad. El poder le puso precio… su testimonio rompe el equilibrio del nuevo orden global; es peligroso, se junta con la chusma harapienta y pregona que somos iguales; sus palabras descubren la mentira y la hipocresía que esconde la nobleza; y es un libertino que sólo acepta la ley del amor…
Los clérigos y los pastores no van a certificar el mesianismo de mi Dios… es que él no se deja domesticar, no se acopla a los esquemas somníferos que predican el más allá y desconocen el vía crucis que sufren los olvidados de la sociedad… mi Dios es nómada, compañero de viaje, subversivo desterrado de los templos y un loco que sólo vive de amor…