domingo, 5 de septiembre de 2010

Un paso cada día




Un paso cada día. Sin desesperarse, sin el miedo abrumador a la cumbre que nos desafía y sin la parálisis de los cobardes que mueren sentados. Un paso con firmeza, con la valentía de los guerreros que no le temen a la sangre ni a la lucha que desgarra las entrañas.

Un paso cada día… para abandonar la cómoda pocilga de los mediocres, el fango pantanoso de quienes temen la bravura y el cauce indómito del río que corre sin ataduras. Un paso cada día… para dejar el lastre, la basura que nos impide alzar el vuelo y navegar libres por el océano infinito.

Un paso cada día, tembloroso quizás, incrédulo al principio, pero terco y con coraje, siempre adelante, buscando el horizonte nuevo, el cambio positivo, la aurora reluciente, el triunfo de los inmortales. Dar un paso cada día, significa luchar contra las cadenas del conformismo, bregar contra el miedo al cambio y a las ideas frescas que subvierten el orden de la sociedad vieja y corrupta.

Caminar sin desanimarse, tal vez agotados, pero con el ferviente anhelo de seguir… Un paso cada día en el estudio, en la formación del carácter que se acrisola a golpes… un paso con ternura para que florezca el jardín que llevamos dentro.

Si cada día me desprendo de una gota de rencor, de una milésima de envidia, y, con la necedad de los niños sonrío confiado, aprendo algo nuevo y respiro con amor, entonces, con un paso cada día habré escalado un poco más, mi cumbre, mi montaña, mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario