sábado, 31 de julio de 2010

Vuela




Si temes al infinito y te asusta volar sin bridas, si prefieres la seguridad del viejo astillero y sólo transitas por caminos trillados, si únicamente entonas los versos gastados de los poetas que se inspiran a cambio de favores, entonces, nunca sentirás el vértigo del riesgo, la emoción de la aventura ni la dulce embriaguez del triunfo. Atrévete a volar sin amarras, navega sin rumbos prejuiciados y amasa la arcilla virgen de tu destino; no arrastres los dioses, los miedos ni los laureles de los mayores, tampoco te arrodilles a las borrascas del que dirán ni pierdas la cabeza por los besos lisonjeros de los parásitos que aplauden cualquier estupidez, sencillamente, coge la alforja de tus sueños y vuela sin fronteras.

Los conformistas invernan placenteramente en sus refugios, nunca arriesgan el pellejo, pagan su ocioso mundo de paz con vergonzosas facturas de servilismo y besan el trasero de sus mecenas para saciar el voraz apetito de su instinto antropófago. Jamás empuñan la espada, menos conocen las heridas de las batallas, pero siempre compran boleto para dormitar en los bunker mientras los guerreros mueren aferrados a sus armas, después pagan por izar los estandartes de la victoria. Los conformistas no vuelan, sólo saben arrastrarse para vegetar en la insípida torre de marfil donde comen la carroña que les sobra a sus amos.

Los intrépidos, inconformistas y enamorados siempre se juegan la vida, tiritan de frío porque muchas veces están desnudos y solos, pasan hambre porque se rehúsan a comer las migajas que arrojan los dueños de la comarca, tienen el alma tapizada de cicatrices para recordar las batallas y terminan desterrados porque incomodan a los conformistas y a los zares del poder. Volar es un grave riesgo… los cuerdos, los que se aferran al suelo, disparan muchas saetas para quebrar las alas de los que se atreven a romper los moldes sociales, esos señores no conciben la locura de quienes navegan con libertad.

Si quieres ser inmortal y besar el infinito… vuela, ¡Vuela!




sábado, 24 de julio de 2010

Rosas

Los que soñamos un mundo nuevo, un mundo de justicia y libertad, desbordamos de alegría cuando, en medio del fango y el desconsuelo, encontramos rosas que perfuman la soledad, girasoles que se alzan en el desierto, antorchas que brillan en la oscuridad. Cuando todo parece ser devorado por la vorágine del consumismo, cuando todo está marcado por el interés y el espejismo mercantil; reconforta descubrir que entre los abrojos florece la esperanza, que no sólo hay rostros maquillados sino sonrisas verdaderas, que no solo atrae el neón de las pasarelas sino el yunque donde se forjan las espadas. Hay marionetas que se visten de fiesta y danzan al compás de las modas, hay cerebros que se alimentan de los pensamientos fabricados por el sistema y repiten con júbilo los credos oficiales; pero también están los unicornios que no aceptan las bridas y galopan indómitos en el horizonte; están las gaviotas que inventan nuevas formas de volar, las luciérnagas que rompen la oscuridad, los que piensan, los rebeldes que no se someten a los cánones oficiales y están dispuestos a luchar por sus ideales. Hay bufones del carnaval, que se embriagan de apariencias y únicamente conocen el placer que vende el consumismo, son borregos que hipotecan su libertad y rinden culto a los nuevos dioses del mercado; también están los que sueñan un mundo sin fronteras ni marginación, los que tienden la mano a los pobres y no le ponen precio a la solidaridad, los que sonríen con el alma y lloran con el corazón, los enamorados que suspiran por un beso y se emocionan con un poema y una carta de amor. Hay viejos que se creen dioses que con mañas y dinero imponen sus caprichos, doblegan conciencias y se pavonean como nobles; son Midas que extraen oro de la sangre y la explotación, magos que desaparecen oponentes, ilusionistas que lo negro lo hacen blanco, viejos que compran caricias y despedazan las orugas que nunca llegarán a convertirse en mariposas. También están los jóvenes que desprecian las fórmulas del mercado, los que no cobran por sonreír, los que abren caminos en las montañas y el qué dirán no les produce insomnio; los que tildan de locos, idiotas e ilusos porque creen en el amor y en su fuerza revolucionaria que es capaz de botar imperios.

Aunque los pronósticos del milenio son amargos y llenos de nubarrones, la esperanza navega en la juventud, en los sueños de los quijotes que le apuestan a un mundo nuevo de justicia y libertad. Hay suficientes rosas para perfumar de sonrisas este mundo y hay muchos girasoles para pintar de color ese futuro gris. Hay esperanza si hay manos dispuestas a empuñar las espadas para conquistar los sueños que inspiran nuestra vida.




sábado, 17 de julio de 2010

Rompe la rutina



¡Qué pena es contemplar a un mozuelo que arrastra los pies! Estas crías tienen pocos años de edad, pero tienen el alma cansada y vieja; caminan encorvados, con la mirada mustia y la ilusión marchita, siempre están aburridos o languidecen por depresión… No son capaces de vivir porque vegetan cada día, amontonan años y se pudren sin florecer.

Les fastidia todo, no hacen nada y creen que la vida es un círculo vicioso que se repite una y otra vez. Agonizan prisioneros de la rutina y ni siquiera se dan cuenta, únicamente les interesa comer, dormir y pasar el tiempo; pisotean las calles de la ciudad, se recuestan en las esquinas del barrio y dormitan en todos los sillones de la casa, simplemente dejan pasar el tiempo y nada más… al siguiente día, la misma historia, la tediosa monotonía que invade la piel, carcome la sangre y paraliza el alma.

Si no quieres ser un mozuelo con el alma arrugada y el corazón marchito, rompe la rutina y huye de las costumbres monótonas que ensombrecen los días; aprende a descubrir la novedad de cada instante, contempla el maravilloso dinamismo creador que se oculta en los detalles más pequeños… cada día es diferente, es un reto, una página en blanco que puede transformarse en lienzo colorido o en mugriento pedazo de papel.

¡No arrastres los pies y camina con optimismo! Los viejos y aburridos sólo ven problemas y amarguras, dificultades y achaques, por eso prefieren rendirse, a veces sin empuñar la espada, les da igual. En cambio, los que dan la batalla para conquistar la meta, ven oportunidades, descubren desafíos y arriesgan el pellejo. Aquéllos ya están muertos, los que luchan saborean la emoción de vivir cada instante. La rutina envejece el alma y mata la ilusión, es un manto hediondo y oscuro que no deja ver los colores del mundo que cambian a cada segundo. Rompe la rutina, vive la novedad de cada día, con optimismo, como una aventura de amor y alegría.




sábado, 10 de julio de 2010

¡Levántate!




Prometiste mejorar, cambiar, ser una persona nueva; estabas ilusionado con tu decisión, jurabas que habías encontrado el rumbo de tu existencia, por un momento te extasiabas en el paraíso…

¿Creías que era tan fácil? Después de unos días, se apagó el entusiasmo, el camino se volvió árido y entonces descubriste la amarga realidad… ahora ya lo sabes… somos de barro y no de hierro; frágiles, pequeños veleros con decisiones endebles que el viento nos arrebata, minúsculos poemas que sólo riman al principio y después se apiñan como garabatos pidiendo auxilio; pero no importa, no te culpes, no te desanimes. ¡Levántate! ¡Comienza de nuevo! Una y otra vez, las veces que sea necesario.

Cuando te desplomes rendido, las hienas correrán a burlarse, serás pisoteado por los mezquinos que merodean carcomidos por la envidia y los buenos, los que no hacen nada, escandalizados se apartarán de tu camino.

Si en la férrea batalla fuiste derribado de tu blanco corcel, si al escalar el escarpado risco de tus ideales te caíste, si en las mañanas frías prefieres el tibio sopor de tu cama… ¡Levántate! Vuelve a la lucha con esperanza, confía en tí, busca en tu interior esa luz que ilumina y cree con firmeza que no existe cumbre que no puedas conquistar.

Caerás una y otra vez, pero eso, no es el fracaso, es un desafío… suspira, toma aire, revisa las hendiduras que te derrumbaron y con nuevo brío arremete con todo, con la noble virtud del testarudo que lucha y lucha hasta triunfar. Los hombres caen agobiados por el peso de las dificultades, los titanes se levantan. Caer es de humanos, levantarse es de valientes.




sábado, 3 de julio de 2010

Soñar





Los que tienen el alma vieja y añoran el moho del pasado… dejaron de soñar, están cansados y prefieren dormir, porque le temen a los retos y a la aventura. Las almas destrozadas, los pies mimados, los quejosos, los que siempre ven el punto negro del enorme lienzo blanco, esas caricaturas humanas no pueden soñar. Sueñan los locos, los enamorados y los inconformes que mueren de pie, sonriendo, porque se bebieron la vida a plenitud.

Hoy, soñar es una locura… los cuerdos, los sabios y los prudentes, nunca dan un paso en falso, tienen todo calculado, están anclados en el barro del costo y el beneficio. Los que sueñan arriesgan todo, hasta el pellejo, a veces pierden, pero siempre gozan sus batallas.

Sueñan únicamente los enamorados, los que aman la vida y quieren ser inmortales; los que son capaces de sacrificarse y luchar sin tregua por sus ideales… enamorados son aquellos que trabajan con empeño para alcanzar sus metas, los que defienden con garras sus principios y con ternura tienden la mano al necesitado… sólo los enamorados sueñan.

Benditos inconformes que van por el mundo revolucionando las madejas de telarañas que sepultan las mentes y corazones de las almas viejas… en sus venas navega la libertad de sus sueños; vuelan alto, sin límites, cobijados por el intenso azul del cielo y con la inspiración de las olas bravías que desafían los peñascos inamovibles.

Soñar no es huir ni refugiarse en fantasías de príncipes y dragones; soñar es la libertad de los peregrinos que, con paso firme, la mirada en el horizonte y el sudor en la frente, saborean la conquista del ideal que palpita en cada huella del camino.